El storytelling se ha convertido en una de las armas más potentes a la hora de vender. Contar historias que fascinen a nuestro público es una forma muy eficaz de conseguir que nos escuchen, que nos entiendan y sobre todo, que presten atención al mensaje que queremos transmitir.
Lo primero que debes tener en cuenta es la capacidad que tiene tu idea de convertirse en una historia. No todas tus ideas van a ser fáciles de convertir en una historia, a veces necesitas otro comienzo para llegar a tu objetivo final.
– Familiaridad. Si te vas a dirigir a un público en especial debes intentar que la historia que cuentas sea cercana a ellos. Cuanto más familiar les pueda resultar tu historia más fácil podrá ser recordada por ellos.
– Inmersión en la historia: tienes que conseguir que tu público no sólo sienta que la historia le es familiar, también tienes que hacer que entren dentro de la historia y la sientan como suya.
– Generar confianza. Tienes que ser confiable, nadie cree a un mentiroso. Intenta que lo que cuentas sea veraz y que tu manera de contarlo no esconda segundas intenciones.
– Adorna la historia. Aunque sea importante que cuentes la verdad nunca está de más que consigas un poco de dramatismo en la historia.
–Simplicidad. Y sobre todo… no te compliques demasiado. Usa estructuras clásicas que conduzcan con facilidad a tus lectores a través de la historia. Dirigir su atención te resultará más fácil si no los llevas a través de artificios y nubes de polvo que no llegan a ningún sitio.
ERA Diseño Gráfico, trabaja por ti.
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